Hemos afirmado que el cristiano debe aprender a respetar y valorar la vida: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Sal. 90:12) y, como el ser humano está en continuo cambio hasta el último momento de su vida, experimenta cambios a nivel biológico, psicológico y social, que deben ser atendidos responsablemente por la familia cristiana.
Hemos afirmado que el cristiano debe aprender a respetar y valorar la vida: “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Sal. 90:12) y, como el ser humano está en continuo cambio hasta el último momento de su vida, experimenta cambios a nivel biológico, psicológico y social, que deben ser atendidos responsablemente por la familia cristiana.