Hoy queremos rendir honor a nuestra Patria, la tierra que nos vio nacer… la tierra de cobijo que ha abierto sus puertas para que muchos encuentren nuevas esperanzas. Esa es nuestra amada patria terrenal… ¡Panamá! Nuestra oración es por Panamá; es para que seamos una nación verdaderamente libre y temerosa de Dios.
Queremos que nuestra nación, realmente, sea una nación bienaventurada que se cobija bajo las alas del creador. Pues, está escrito: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová” (sal. 33:12a).
Hay muchas formas de hacer y celebrar la patria. Nosotros lo hacemos procurando ser ciudadanos ejemplares, transformados por el poder del Evangelio que se nos ha predicado. Contribuimos con nuestras fuerzas y trabajo, con nuestros valores cristianos que son sal para una tierra que se corrompe por la maldad.
Hoy celebramos el gozo de nuestra nacionalidad y compartimos la hermosura de la comunión de un pueblo y una iglesia que ama y sirve. Hoy exaltamos nuestros valores cívicos y folclóricos que nos distinguen como nación. Compartimos, como hermanos, nuestro folclore, nuestras comidas regionales, nuestra cultura y nuestra calidez panameña.
Sí, la patria la hacemos todos. Y, hoy queremos disfrutar de este hermoso tiempo con las palabras del salmista “¡Mirad cuán bueno y delicioso es habitar juntos los hermanos en armonía!... Porque allí envía Jehová bendición y vida eterna” (Sal. 133:1a,3b).
Así que, hoy invitamos a todos a unirse a esta celebración de patria, juntos y unidos como hermanos, sin distinción de ninguna clase. Pues, todos los que hemos nacido del Espíritu de Dios, somos hijos de un mismo Padre y, en Él, no hay separación de nacionalidad, color de la piel o lengua alguna. ¡Gocémonos y alegrémonos porque este es el día que ha hecho el Señor!
¡Felicidades a todos los panameños de corazón!
Pastor José A. Martínez
