La ansiedad y el temor no son buenos amigos para nuestra vida y nuestra familia. Sin embargo, en estos días temor constante, la ponzoña de la ansiedad está al acecho. Cuánta sabiduría hay en venir y atender la instrucción del Señor, a fin de que, podamos caminar confiadamente en él.
Creo necesario esta semana, escuchar el latido del corazón de otro hermano y líder de la iglesia, que también ha estado bregando con este tema y que ha tenido que aprender a confiar en el Señor, traiga el mensaje predicado este domingo. Es nuestro amado hermano, el Diácono Julio Girón. El Señor ha puesto en su corazón, por medio del Espíritu Santo, abordar el tema: “Cuando la Ansiedad Toca la Puerta”. Para mí, es una ayuda extraordinaria, que el Hno. Julio traiga el mensaje; pues, yo también necesito escuchar.
El énfasis que encuentro en este pasaje, para el momeno que vivimos, es valorar la vida por encima de aquellas cosas que nos parecen extraordinariamente importantes, como lo son el alimento, la bebida y el vestido. Y, claro está, ¡la salud!
Ponernos ansiosos NO NOS AYUDA para nada. Al contrario, agrava las cosas. Debo confiar en que, si Dios cuida de las aves y, las alimenta, ¿no nos lo dará a nosotros que somos más valiosos por ser sus hijos? Y, si viste la hierba que es pasajera, ¿no nos vestirá a nosotros?
Sé que debo proteger mis pensamientos pensando en lo que es correcto y bueno (Fil. 4:8), no anticipando cosas que ni se han dado, sino renovar la mente (Ro. 12:2). Por lo que encuentro que, el buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, es clave para mi buena salud mental. Y, ¡eso hago!
Pastor José A. Martínez
