TENGAN BUEN ÁNIMO
El desaliento es parte de la vida del ser humano. No siempre fue así; pero, desde Edén, todos tenemos que bregar con esto.
Ya hemos visto como Elías, siendo un extraordinario hombre de fe, sucumbió ante el desaliento. Y, nosotros, en medio de la crisis que vive la humanidad por causa de la pandemia del COVID-19, también nos toca.
A esta altura, a casi 3 meses de tensión, temor y angustia, el desánimo aflora y, afecta a muchos. Afortunadamente, el creyente, tiene la Palabra de Dios, el Espíritu Santo y la familia de Dios, como apoyo para estos momentos difíciles. Nuestra salud mental y emocional es importante, ¡muy importante! Por lo que necesitamos una palabra de ánimo. Y, este es el tema de hoy: ¡ÁNIMO!
La Biblia está llena de palabras de ánimo; muchos hombres y mujeres de Dios, necesitaron ser animados y fortalecidos… ¡nosotros también! Abraham, Moisés, Josué, Isaías, Elías, Jeremías, Pablo, y muchos otros, necesitaron palabras de ánimo de parte de Dios y del pueblo de Dios.
Para nuestro provecho, abrimos hoy, las Sagradas Escrituras para ver cómo el Apóstol de la Fe, Pablo, recibió ánimo del Señor y cómo a su vez, en medio de una terrible situación de muerte, animó a otros a seguir adelante confiados en las promesas de Dios. Nos referimos a la dura, pero necesaria, experiencia que Dios le permitió vivir en el viaje que lo llevaría finalmente a Roma: el Naufragio (Hechos 27).
Una palabra más, antes del mensaje de hoy. Con nuestra clase de EBD, estamos leyendo el Evangelio de Juan. Esta semana encontré una palabra que tocó mi corazón, fue una palabra de ánimo de Jesús a sus discípulos que bregaban en el mar con vientos contrarios: “Yo soy; no temáis” (Jn. 6:20). Dios no impide que pasemos por situaciones difíciles. Pero, nos acompaña en medio de ellas. Ánimo, hermanos. ¡El Señor está con nosotros!
Pastor José A.Martínez
