Desde el Escritorio de Pastor

Amados hermanos, hoy escribo esta nota desde el lado de aquellos que han sido contagiados con el virus del COVID. Agradezco al Señor por su amor para con cada uno de nosotros y por las muestras de cariño y solidaridad de cada uno de ustedes para con nosotros.

Estamos a un año de que inició esta pandemia del coronavirus en China y, nosotros en Panamá, a casi 11 meses de luchar y batallar. La verdad es que nos sentimos agotados y agobiados.

Mis amados hermanos, hoy necesito tener una conversación pastoral con ustedes. La situación con el covid-19 ha ido empeorando en todo el mundo y en nuestro país. Al punto de comprometer los sistemas sanitarios de atención y ayuda.

Hemos terminado un año extremadamente difícil, cuál nunca, habíamos imaginado.  Pero, esto no ha terminado. Estamos en el peor momento de esta pesadilla, el sistema sanitario está agotado y mucha gente no está poniendo de su parte. Podemos decir que, no sólo el mundo, sino que la iglesia y los cristianos, también están siendo puestos a prueba.

Sin lugar a dudas, el predicar y traer un mensaje de Dios a su pueblo, es una enorme responsabilidad. Porque todos están confiando en que las palabras que escuchan desde los púlpitos, es Palabra de Dios revelada a sus siervos los profetas y a los pastores