Continuamos en medio de esta lucha frente a la pandemia del coronavirus COVID-19. Gracias al Señor, Él ha tenido cuidado de nosotros y ha puesto su mano sobre aquellos hermanos que han estado expuestos y, en especial, sobre aquellos que fueron infectados. Hemos visto su mano de Gracia y Misericordia y nuestros corazones se llenan de gozo y alabanza a su nombre por sus abundantes misericordias.
Para el mensaje de hoy, debemos ir a las preciosas palabras de la Biblia en el Primer Libro de Los Reyes, capítulo 18, versos del 1 al 19. Tengamos presente las etapas por las que había tenido que pasar el profeta Elías en medio de aquella terrible sequía y hambruna por la cual pasó el Reino del Norte en aquél tiempo: (1) Confrontar a un rey idólatra; (2) Aislarse en cuarentena voluntaria en una cueva en Querit experimentando la provisión de Dios por medio de cuervos; (3) Siendo solidario en casa de una viuda pobre y experimentando el milagro de la provisión de la harina que no escaseó de la tinaja ni del aceite de la vasija; (4) Enfrentando la realidad de la enfermedad y la muerte y, a través del clamor de oración ver el milagro de la sanidad y resucitación de un niño, porque el poder de Dios está por encima de la enfermedad y la muerte.
Hoy, nos enfrentamos a otra etapa en el proceso del manejo de las crisis: Buscando un culpable… ¿Quién es el responsable? Aquí nos encontramos en esta pandemia. Mientras la gente enferma y muere, las grandes potencias se culpan unas a otras, tratando de ocultar sus verdaderos intereses. Por otro lado, gobiernos y gobernantes, cuyas decisiones han sido positivas o muy negativas; etc. ¿Cuál debe ser la posición del creyente? ¿Qué debe buscar en este tira y jala de buscar responsables?
Pastor José A. Martínez
