Amados hermanos, cada vez la situación se va poniendo más dura y difícil; pero, en medio de ello, vemos la gracia y la misericordia del Señor obrando. Nuestra vida y nuestros tiempos están en sus manos. Y, sabemos que a los que aman a Dios, todo ayuda a bien. No sabemos cómo será esto; pero, Dios sí, y será para bien.
La semana pasada compartí con ustedes algunos pensamientos en relación con el temor y la provisión de Dios en tiempos de aislamiento. Vimos como Dios dio instrucciones a Elías de quedarse quieto (aislamiento) en una cueva junto al Arroyo de Querith. Allí, Dios le sustentaría por medio de cuervos que le traerían pan y carne, tanto por la mañana como por la tarde. Elías obedeció y, ¡Dios así lo hizo!
Hoy avanzamos en nuestro texto de 1 Reyes. 17:7-16, donde el profeta Elías pasa a una nueva etapa en tiempos de crisis. Este relato debe ser una bitácora para que la sigamos donde la obediencia, la confianza en Dios y la solidaridad deben marcar nuestro norte.
Hoy iniciamos la Semana Santa, es Domingo de Ramos, cuando Jesús llegó a Jerusalén a tomar nuestro lugar en la cruz y pagar el precio de salvación que nosotros no podíamos pagar. Él fue un pastor verdadero; no rehuyó el peligro. Su vida dio por las ovejas. Al pensar en esto y sus enseñanzas en tiempos de crisis, enfermedad y muerte, sabemos que nuestros tiempos están en sus manos y, que, a fin de cuenta, más que cualquier otra cosa, ¡PRIMERO ESTÁ LA VIDA! Nos preocupa el alimento y los medios para salir adelante; pero, lo primero es la vida. ¡CUIDELA! (Mt. 6:25,31).
Pastor José A. MartÍnez
