¡Qué preciosa promesa para la iglesia del Señor! Sin lugar a dudas, los pastores estuvieron en el corazón de Dios para el cuidado de su pueblo. El salmista David, inspirado por el Espíritu Santo, escribió: “Jehová es mi Pastor” (Sal. 23:1). Jesús se presentó asimismo como el “Buen Pastor” (Jn. 10:11,14). El apóstol Pablo, reconoció que fue Dios quién le tuvo por fiel poniéndole en el ministerio (1 Ti. 1:12). Y, a su vez, se empeñó en que las iglesias nuevas, que iban naciendo en todo lugar, tuvieran un pastor para guiarlas (Ti. 1:5). Así mismo, fue claro en dar instrucciones a las iglesias, acerca del carácter y vida de aquellos que fueran a ejercer el pastorado (1 Ti. 3:1-7; Tito 1:5-9).
Hace 35 años que ejerzo el ministerio pastoral. De ellos, 20 en esta iglesia. Y, puedo decir como el Apóstol “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Seño, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Ti. 1:12).
Entregué mi corazón a Cristo en septiembre de 1979, mientras estudiaba la carrera de Ingeniería en la Universidad Tecnológica de Panamá. Durante esos años de estudio serví en varios ministerios de la iglesia, principalmente con los jovencitos de los Embajadores del Rey y como maestro de Jóvenes Mayores en la EBD. Formamos nuestro grupo de estudio bíblico en la Universidad y llegué a ser presidente del Ministerio Estudiantil Bautista Universitario y, a nivel de la juventud bautista nacional, Secretario de Programas (especie de Secretario Ejecutivo) y organizamos muchos campamentos y Congresos Juveniles nacionales.
Cuando estaba en el último año de la universidad, el Señor nos llamó a dedicar nuestra vida al ministerio. Fue una decisión muy difícil. Me parecía que echaba por la borda todo aquello por lo cual había batallado y sufrido. Pero, al fin decidí servir a Dios. Mi primer pastorado fue abriendo una iglesia en Santa Librada, allí estuve 4 años, mientras estudiaba en el Seminario Bautista, Luego, viajamos a Santiago como misioneros para trabajar con Boanerges D’Armas en plantación de iglesias y con los Misioneros Voluntarios. Estuvimos 11 años en Veraguas y luego, en el año 2000 vinimos para ser pastores de esta iglesia. ¡Dios ha sido Fiel! ¡Nunca nos ha desamparado!.
