“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Jn. 3:1a)
Hoy es un día muy especial para cada uno de nosotros: ¡HOY CELEBRAMOS EL DÍA DEL PADRE! Así que, queremos felicitar a todos los padres en este día tan significativo.
En verdad, alabamos al Señor por la vida de estos hombres valientes y abnegados, que han asumido el legado de la paternidad con responsabilidad. Reciban en este día el regalo más preciado, que las circunstancias nos obligan a dar, el abrazo tierno y de gratitud de cada uno de sus hijos. ¡Esto no lo puede comprar el dinero!
Tenía razón el escritor bíblico, quién, inspirado por el Espíritu Santo escribió: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en manos del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el varón que llenó su aljaba de ellos, no será avergonzado cuando hablare con los enemigos a la puerta” (Sal. 127:3-5).
Padres, podemos decir: “¡somos bienaventurados!” y, sé que ustedes pueden decir, como lo digo yo: “Es hermosa la heredad que me ha tocado” (Sal. 16:6b).
En este día, no podemos dejar de alabar y bendecir a nuestro Padre Celestial, por su amor, cuidados y bendiciones derramadas sobre cada uno de nosotros. Aún, si nuestro padre terreno nos hubiera fallado y dejado, las Sagradas Escrituras nos dicen: “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá” (Sal. 27:10).
Que enorme privilegio poder llamar a Dios “PADRE”. En el A.T., Dios, fue llamado con muchos nombres: ADONAI (El Señor), EL (El fuerte), EL ELOHE ISRAEL (Dios el Dios de Israel), EL EYÓN (El Dios Altísimo), ELOHIM (El Creador Todopoderoso), EL OLAM (El Dios Eterno), EL-ROI (El Dios que me ve), EL SHADAI (El Dios Todopoderoso), JEHOVÁ YIRÉH (Proveedor), JEHOVÁ SHALOM (Él es mi paz), JEHOVÁ NISI (Él es mi estandarte), JEHOVÁ RAFA (Es mi Sanador); sin embargo, el que lo dio a conocer como “PADRE”, fue nuestro Señor Jesucristo (170 veces en los Evangelios). El más íntimo y significativo: “Abba Padre” (papi), usado por los niños en la vida familiar.
Lo precioso, porque Cristo mora en nosotros, cuando le recibimos como Señor y Salvador, ahora somos llamados hijos de Dios (Jn. 1:12) y, ¡Dios es nuestro Padre! Ahora, podemos decir… “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Jn. 3:1)
Pastor José A. Martínez
