Durante estos meses estamos haciendo énfasis en la iglesia, el cuerpo de Cristo (Ro. 10:17; 1 Co. 12:27; Ef. 1:23). Nos proponemos conocer los diferentes ministerios que una iglesia sana debe llevar adelante para la extensión del reino de Dios y el crecimiento de los miembros de la iglesia local que la componen.
Cartas como las escritas por el Apóstol Pablo a los Romanos (cap. 12) y 1 Corintios (cap. 12), hacen énfasis en la necesidad de que cada miembro del cuerpo (cada creyente), haga uso de los dones y talentos que Dios le ha dado para el beneficio de todo el cuerpo (Ef. 4:11-16).
Hasta aquí hemos hecho mención de los ministerios de educación cristiana y compañerismo; pues, la iglesia debe ser educada en el conocimiento de las sagradas Escrituras y debe convivir en amor y compañerismo cristiano. Hoy enfatizamos en un ministerio muy particular que la iglesia debe tener: el ministerio diaconal.
Diácono es un “servidor”. En este sentido, todos somos servidores de cristo; pero, en la iglesia, el Señor ha designado a algunos con el oficio del DIACONADO (Hechos 6:1-7; Ro. 16:1; Fil. 1:1) Para ejercer este ministerio existen requisitos muy puntuales: ser de buen testimonio, llenura del Espíritu santo y sabiduría (Hch. 6:3). Además, 1 Timoteo 3:8-13 menciona otros requisitos necesarios para este ministerio público de servir en la iglesia.
En nuestra iglesia tenemos este ministerio y, necesitamos renovarlo; pues, algunos han envejecido y otros han partido con el Señor. Por lo que para este año es aconsejable que la iglesia elija nuevos diáconos. Por lo cual, en este día, hacemos énfasis en este importantísimo ministerio para la iglesia. Oremos, para que en toda sabiduría, el Señor nos guíe en la elección de nuevos diáconos para los años que vienen.
Pastor José A. Martínez
