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Hoy es necesario alinear dos temas: la mayordomía del creyente y la crisis que vivimos por causa de la pandemia del COVID-19. De allí, nuestro tema para hoy: “Mayordomía para tiempos de Crisis”.
El escritor bíblico, en el libro de Eclesiastés nos dice: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Ecl. 3:1). “Que hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado… tiempo de destruir, y tiempo de edificar… tiempo de llorar, y tiempo de reír… tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras… tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar... tiempo de romper, y tiempo de coser” (v.2-8).
Lo que este pasaje me dice: que debo saber y, estar preparado, porque en la vida vendrán tiempos buenos y tiempos malos. Estamos en tiempos malos; pero, Dios sigue estando en control y eso debe darnos esperanza.
Abraham estaba en el centro de la voluntad de Dios. Estaba en la tierra que Dios le había indicado; sin embargo, “hubo hambre en la tierra” y Abraham se vio obligado a descender a Egipto (Gn. 12;10). ¡Hizo ajustes! También hizo algo que no debemos hacer: mintió. Con todo, ¡Dios lo prosperó!
Igual pasó en los días de Isaac, hijo de Abraham: “Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar” (Gn. 26:1). Sólo que esta vez, Dios se le apareció y le dijo: “No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré… Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré…”.
Y, en los días de Jacob, nieto de Abraham, volvió a haber hambre en la tierra. Sólo que esta vez, José, su hijo estaba en Egipto. Y, lo que era una terrible crisis, se convirtió en una oportunidad no sólo para José, sino para toda su familia: “para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Gn. 45:5).
José, como mayordomo, supo de parte de Dios que aún faltaban cinco (5) años de hambre en la tierra. Entendió que Dios era dueño de los tiempos y, de las circunstancias que parecen adversas, para cumplir sus propósitos eternos (Gn. 45:6-8). Estoy seguro que el mismo Dios que guio y, sostuvo a los patriarcas, también nos ayudará en nuestra mayordomía en estos tiempos de crisis que vivimos. Por esto: ¡algunos consejos prácticos!
Pastor José A. Martínez
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