Este es el título del mensaje de hoy que será compartido por nuestra Hna. Thania Alvarado de Estribí. La verdad es que, en un mundo tan confundido y agobiado es necesario definir LA FE QUE AGRAADA A DIOS.
La FE por sí sola no agrada a Dios. A través del tiempo las personas han puesto su fe en muchas cosas, como en las cosas inanimadas como el sol, la luna, la lluvia, la tierra, los astros, etc, a quienes han llamado dioses y le han rendido cultos; también, se ha hecho lo mismo con animales, árboles y personas a las que se le ha dado el carácter de milagrosos. A esta larga lista de cosas y personas, se añaden las religiones y cultos. Incluso, en tiempos recientes, en medio de los cultos cristianos, la doctrina de la fe en la Fe.
Lo cierto, no es suficiente que una persona tenga fe y que esta sea genuina, es necesario que esta fe tenga el fundamento correcto (1 Co. 3:11, 1 Co. 2:5, 1 Co. 13:2). Por ello, el Apóstol Pablo hacía un llamado a los creyentes de Corinto a examinar si estaban en la fe (2 Co. 13:5); pues, ellos estaban expuestos a confusión por vivir en un mundo de confusión de fe.
El Espíritu Santo inspiró al autor de la Carta a Los Hebreos a escribir sobre este vital e importantísimo tema para el creyente. El capítulo 11 es dedicado al tema de la FE; pero, ¡LA FE QUE AGRADA A DIOS! Y, en verso 6 declara que sin ella es “imposible agradar a Dios”.
Por lo que, en medio de los tiempos tan desafiantes y duros como los que vivimos, donde la fe del creyente es probada, NECESITAMOS EXAMINAR EL FUNDAMENTO Y CALIDAD DE NUESTRA FE. Y, decidir edificar con piedras preciosas sobre el fundamento de la verdadera fe en Cristo. Sé que el mensaje de hoy va a ser de inspiración y de ministración a nuestros corazones abrumados por diversas y difíciles pruebas.
