¡Feliz Día de Resurrección a Todos! Cristo venció al que tenía el imperio de la muerte y, con ello, nos dio la certeza de la victoria final sobre ella.
Pese, a ser un día de celebración, hoy no nos podemos reunir físicamente; pero lo hacemos en espíritu, a la distancia. De cierto, extrañamos la celebración unida todos los años en el desayuno de resurrección. Pero, hemos aprendido que “por encima está la vida" y, ahora es tiempo de estar quietos y recogidos en nuestros hogares. Todo tiene su tiempo (Ecl. 3:1) y, este es tiempo de estar quietos y confiar (Sal. 46:10).
Seguimos en medio de este tiempo de pandemia mundial. Hemos ido pasando por diferentes fases o etapas; estamos todavía en nuestro “Querith” (cueva de cuarentena) por el tiempo que sea necesario. Sabemos que a nuestro alrededor hay mucha enfermedad, temor y muerte; pero, estamos confiando en que el Señor nos ha de llevar de la mano, paso a paso. Y, que debemos estar dispuestos a adaptarnos en estas transiciones a nuevas condiciones. Sobre todo, en lo relacionado a los cambios económicos que están por delante.
Pero, hoy que es domingo de Resurrección, quiero reflexionar con ustedes en aquél que es Señor aún sobre la muerte. Pues, en los días de Elías, cuando Dios proveyó para que no faltara ni la harina ni el aceite en casa de la Viuda de Sarepta, ocurrió una tragedia: el hijo de la viuda enfermó y murió. Así como Elías creyó y oró para que Dios lo levantara de la muerte; nos toca bregar en un ambiente de muerte y, nos noca ejercer nuestra fe y clamor en estos tiempos. Duros. Dios sigue teniendo el poder de sanar y levantar de la “muerte” a aquellos que están para morir por la intercesión de los suyos. Y, es la resurrección para los que han creído (Jn.
Pastor José A. Martínez
