Es un gozo y un privilegio poder tener y estudiar la Biblia. Muchas etnias y pueblos no tienen la Biblia en su propio idioma. Otros sí la tienen; pero, es un ¡libro prohibido! Y, nosotros que sí la tenemos en nuestro propio idioma y a un precio asequible, a veces no la valoramos y no la estudiamos. ¡Esto entristece el corazón del Dios que decimos amar y servir!
Es muy triste cuando, el pueblo de la Biblia, el pueblo evangélico, cada vez más van reemplazando el estudio de la Biblia por lo “maravilloso” de los cultos. Y, nosotros ¡NO DEBEMOS IMITAR ESTO! Al contrario, debiéramos ser como los creyentes de BEREA, que cada día fueron a las Escrituras para ver si lo que el Apóstol Pablo les hablaba, estaba de acuerdo a lo que estaba escrito (Hc. 17:11).
Cuando una iglesia se esfuerza en que los creyentes sean cimentados en la Palabra, tal como ocurrió con Timoteo, que desde la niñez fue instruido en la Palabra (2 Ti.3:15), se va a levantar una generación firme, poderosa y sabia en la Palabra de Dios que usa bien la Palabra de Verdad. Por eso el Apóstol Pablo urgía a Timoteo: “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza” (1 Ti. 4:13).
Esta es la razón por la que Dios instituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros en la iglesia: para perfeccionar a los santos (creyentes) para la obra del ministerio (Ef. 4:11,12) y para que no fueran arrastrados por diferentes vientos de doctrina (v.14).
Al escribir a los Colosense les dijo que oraba por ellos pidiendo fueran llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual (Col 1:9). ¡esto sería imposible sin el estudio de la Palabra de Dios en la iglesia.
Por esto una iglesia seria, debe ser seria en el estudio y enseñanza de la Palabra de Dios. RETOMEMOS EL ESTUDIO PROFUNDO Y SERIO DE LA PALABRA EN LA EBDM. ¡Matricúlese!
Pastor José A. Martínez
