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El ser una persona entendida es sinónimo de ser sabio, prudente y, por ende, de mucho valor. Estas personas, no sólo añaden valía a sus propias vidas; sino, también, en los ámbitos o entornos donde se mueven.
Esta es la razón que un varón “entendido” sea tan necesario para el bienestar de su familia, de la iglesia donde se congrega y sirve y, en el entorno social donde se mueve. Pues, todos sabemos que Jesús llamó a los cristianos a ser “sal y luz” (Mt. 13-16). Esto significa, que están para penetrar con bien su entorno, sea para alumbrar el camino o para preservar y dar sabor como la sal. De esta forma “glorifique al Padre que está en los cielos”.
Esto es lo que buscamos entre los hombres de nuestra iglesia, que nuestra fe impacte a otros hombres no creyentes, para que ellos también vengan a Jesús y lograr así una transformación social.
El Primer Libro de los Reyes nos narra la oración de Salomón cuando Dios le dijo que “pidiera lo que quisiera”. En lugar de riquezas, fama o poder, pidió un corazón entendido para guiar al pueblo y poder discernir entre lo bueno y lo malo (1 R. 3:9).
Proverbios 15:21 nos dice que “el hombre entendido endereza sus pasos”. Y, en Pr. 15:14 que “el corazón entendido busca la sabiduría” que viene de Dios. Sin embargo, el Salmo 14, verso 2 nos dice que, desde entonces, Dios está buscando hombres entendidos. Lo triste es que ¡no los halló! (v.3). Y, de seguro, hoy tampoco es fácil hallarlos. Por esto, el Apóstol Pablo oraba por los creyentes efesios que fueran “llenos del entendimiento de Dios” (Ef.5:17).
Sí, es grande la necesidad de varones entendidos; pues, hay escasez de ellos. Por ello, nuestro Hno. Olmedo Guerrero, Licenciado en Diseño Gráfico, varón de testimonio y miembro de nuestra iglesia, nos ha de traer en el día de hoy el desafío de la Palabra de Dios para ayudarnos a ser HOMBRES ENTENDIDOS.
Pastor José A.Martínez.
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