+507 225-1782
BLOGS
Mis amados hermanos, nos encontramos en un tiempo de mucha angustia y estrés. Vuelve a resurgir el temor no sólo a ser contagiados por el coronavirus, sino también, con ello al riesgo de morir.
Este temor no es infundado, ¡es real! La enorme cantidad de infecciones que se han estado dando en los últimos días, ¡casi 700 diarios! La verdad, ¡quita el sueño! Hay que exponerse al salir a laborar, la gente no está guardando las medidas de distanciamiento social requeridas. Esto se ve por todos lados: el metro, los autobuses, supermercados, las calles, oficinas, etc.
No estamos, como lo estuvimos hace algunos días, con la situación aparentemente controlada. Ahora, la percepción es ¡descontrolada! El sistema de salud está llegando a su tope y el personal de salud y seguridad se ha visto mermada. Lo que percibo es que en este tiempo NOS SENTIMOS ACORRALADOS, sin saber para dónde coger o a esconderse; pues, esto es un asunto de tiempo si no se descubre una vacuna antes que nos alcance. Y; esto a corto tiempo, no parece posible, a menos que el Señor meta su mano.
Es por eso que el día de hoy quiero invitarles a reflexionar en la preciosa Palabra de Dios; apropiarnos de sus promesas y caminar en fe, sabiendo que cielo y tierra pasará; pero, que su Palabra, no pasará (Lc. 21:33) ).
Dos textos para el mensaje de hoy:
(1) 2 Reyes 6:8-17. Debe ayudarnos a darnos cuenta que Dios está en control, pese a que nos veamos acorralados por esta pandemia y sus consecuencias sociales y económicas y, aún, mortales.
(2) Salmos 91. Dios pone en mi corazón la necesidad de que nos aferremos en esta hora oscura a la promesa de su Palabra. Necesitamos aferrarnos a ella, creerla, reclamarla... ¡vivirla! Así que, oro para que Dios abra nuestros ojos y podamos ver.
Pastor José A. Martínez
Categoria
Posts Recientes