Como seres humanos, Dios nos dotó de la capacidad de sentir empatía por otros. Esto es extraordinariamente importante, porque nos ayuda a no juzgar y condenar a otros con tanta rapidez como se suele hacer. La empatía nos ayuda a entender las razones que llevan a una persona a actuar o comportarse de la manera que lo hace. Estoy seguro, que la empatía nos ayudaría a sobreponernos a muchos problemas de relaciones entre seres humanos.
Desde la perspectiva de la MISIÓN de la iglesia de llevar el evangelio hasta lo último de la tierra esto es extremadamente importante. En esto es verdad el refrán o pensamiento popular que dice “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Si no tenemos la menor idea de cómo es el ministerio de un misionero en el campo misionero y sus luchas, pruebas, vicisitudes de los misioneros en el campo misionero, no sentiremos carga por ORAR ni DAR.
Es sumamente importante que seamos movidos por el Espíritu Santo a ser sensibles a las necesidades y luchas de nuestros misioneros en el campo misionero. Por esta razón, hemos invitado al Hno. Gustavo Gumbs, quién por muchos años estuvo con su familia en el campo misionero en el continente africano. Esto nos ayudará a ser más sensibles y dadivosos para con nuestros misioneros que están en campos misioneros en nuestro país y alrededor del mundo.
Nuestro hermano Gustavo ahora sirve en nuestro país ayudando a nuestras iglesias a levantar la visión y carga por las personas del mundo musulmán. Creo que debemos invitarle en otra ocasión para que nos ayude a entender este ministerio que hace desde Panamá y cómo podemos apoyar. Pero, hoy, queremos que nos hable de las experiencias y luchas de un misionero en el campo misionero.
Pastor José A. Martínez
