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Todos tenemos el privilegio de adorar juntos al Señor en este primer culto de adoración en la jornada del año 2024. Debemos verlo como una bendición de lo alto y una oportunidad para retomar y enfocarnos en aquello que el Señor ha dispuesto para nosotros.
Tomemos el consejo del Apóstol Pablo: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13b,14). Estoy seguro, para muchos de nosotros, una nota pendiente es la FAMILIA. Incluye: más atención a nuestro propio matrimonio y familia inmediata y, por otro lado, a alcanzar a otras familias para el Reino de Dios.
Por ello, desde el año pasado vimos la necesidad de atender esta área pendiente. Nuestras familias requieren apoyo, ¡mucho apoyo! Y, esto fue lo que se reflejó en la primera prioridad en la que debíamos enfocarnos como iglesia durante este año.
Sí, la familia es la primera institución humana; la estabilidad de los pueblos y las naciones radica en el cuidado y atención a la misma. Lo mismo se aplica para una iglesia y una sociedad sana: familias sanas constituyen iglesias sanas y naciones estables.
El diablo lo sabe y por eso, desde el principio, ha atentado contra la familia y, empieza por dañar la relación e intimidad de las parejas y con ello lleva arrastrado a los hijos y a las generaciones que vienen.
Todos vemos con mucha preocupación estas amenazas que se ciernen sobre nuestras familias y, muchos somos conscientes de que necesitamos hacer algo. Y, entendemos que debe empezar por nuestros propios hogares. Como alguien dijera: “si va a suceder, yo lo tengo que hacer”. Por ello, hemos programado un plan de acción dirigido a la familia, iniciando con los matrimonios de nuestra iglesia y de aquellos amigos que quieran sumarse en este titánico esfuerzo.
Iniciamos primero con un taller de Intimidad Emocional en el Matrimonio. Luego, con una ESCUELA PARA ESPOSOS. Anhelo que todos los matrimonios de la iglesia participáramos sea de manera preventiva o curativa. Pero, que viéramos este tiempo como un tiempo de Dios para nuestras familias. Así que ruego a Dios que no pongamos excusas y que estemos dispuestos a pagar el precio como lo veremos hoy en el libro de Nehemías. ¡RECONSTRUCCIÓN!
Pastor José A. Martinez
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